LA CABALA CRISTIANA FEDERICO GONZALEZ - MIREIA VALLS |
CAPITULO VII |
Guillaume Postel (1510-1581) |
El siguiente de los cabalistas cristianos franceses al que nos tenemos que referir es sin duda Guillaume Postel; es tal su importancia y aportación intelectual que el estudioso contemporáneo François Secret le ha dedicado un libro completo, 453 además de innumerables artículos publicados por años en revistas de investigación y capítulos enteros en obras más generales sobre el Renacimiento y la Cábala cristian,454 por lo que en este capítulo nos apoyaremos en sus valiosas contribuciones acerca de la vida de este sabio hebraísta del Renacimiento así como en las traducciones que ha realizado de algunos de sus textos más significativos,455 todos ellos muy desperdigados en bibliotecas y difíciles de conseguir o consultar, con el agravante que muchos se encuentran todavía manuscritos. Retrato de Guillaume Postel reproducido por Marrier, Monasterii regalis. París, 1636. Postel ejerce una extraña atracción, en primer lugar por su intensa existencia, que incluye lo precoz y prodigioso de sus estudios en lenguas, los viajes a Oriente para hacerse con manuscritos antiguos y políglotas, sus avenencias y desavenencias con la corte de Francia y con la Iglesia, especialmente con la orden de los Jesuitas a la que perteneció unos años, sus visiones proféticas, pero sobre todo por sus experiencias espirituales extraordinarias que incluyen muertes y resurrecciones, así como la "inmutación" de la que hablaremos más adelante relacionada con la misteriosa madre Juana, vivencia muy mal entendida ya en su momento que desencadenó la desconfianza y desprecio de la oficialidad hacia su persona, y el ser considerado cuanto menos un inestable afectado de delirios y hasta demente, lo que hizo que muchos de sus escritos fueran incluidos en el índice de la Inquisición. Pero lo que suelen desconocer aquellos que se han dedicado a profundizar en este personaje es lo que sin embargo Postel considera como primordial en su existencia, lo cual deja entrever en sus numerosos escritos y en su copiosa relación epistolar mantenida con otros sabios y personalidades contemporáneas,456 aunque con frecuencia de manera tangencial o velada. Nos referimos a la identificación de su ascendencia suprahumana y a la misión espiritual restauradora que decidió asumir, hecho compartido por muchos otros iniciados que han despertado a esta lectura metafísica de la realidad, y que en el lenguaje mítico judeocristiano se expresa a través del personaje de Caín y su historia ejemplar,457 demasiado malinterpretada, rebajada o sesgada por el moralismo religioso, cuando en realidad su lectura simbólica permite la identificación de la genealogía humana como descendiente directa de la divinidad, cuyo rayo luminoso fecunda el seno virgen o vacuo que ésta abre en sí misma. O sea, la idea prototípica, tan viva en la Cábala, de la decisión de la Posibilidad universal de tornarse consciente de sí misma y revelar sus posibilidades de ser, lo que implica idear el proceso que hará factible tal revelación, es decir, la endogénesis por la que la deidad, haciendo un vacío en sí misma y fecundándose con su propia luz, concibe la miríada de mundos, seres y cosas que se desplegarán en el Cosmos, siendo el hombre el que ocupa una posición central, intermedia y reintegradora. En esta tesitura, Caín no es entonces el "malo" de la película, sino esa faceta del alma del ser humano que recuerda su verdadero origen supraceleste, identificada mucho más con lo perteneciente al ámbito del no ser que con el del ser. La propia etimología de Caín en hebreo se vincula con la palabra lanza, arma que rasga el velo de las apariencias y que en última instancia penetra el mundo real que es el de la Nada ilimitada o el En Sof de la Cábala. Además, Caín también significa "cantar un lamento" o "entonar una elegía", en el sentido de evocar con himnos o cantos ese estado edénico perdido en razón de la caída, que es la irrupción de las posibilidades de ser en la manifestación, signadas todas ellas por la ley cíclica cuaternaria, que provoca inexorablemente un olvido creciente de la esencia supracósmica y el progresivo alejamiento de la conciencia del Principio, a la vez que se intensifica la densificación y solidificación. Es justamente el personaje de Abel el que simboliza esta faceta ligada a lo perentorio y transitorio, lo que refleja una de las acepciones de este nombre que es "soplo" o "fugacidad", mientras que la otra significa enlutado, desconsolado, triste y afligido, en el sentido de que cuanto más apegado se está a los aspectos caducos e ilusorios, más alejado se encuentra uno de la auténtica libertad. Algunos iniciados de la tradición judeocristiana han sabido leer en ese mito tan arcaico esta filiación suprahumana, luminosa o espiritual, ya que tal como dice Eva en el Génesis, a propósito de su primera concepción:
De ahí que al nacido al estado humano que aspira reconquistar los estados superiores del ser, y aun los del no ser, no le queda más remedio que matar todo lo que lo retiene y esclaviza –aunque a ojos de la pequeña mentalidad humana sea lo correcto o bueno, tal lo representado por Abel–, y marchar en pos de la luz que verdaderamente lo conforma:
Es esta la raza de los cainitas, de los que se entregan a esas luchas internas en las que movilizan todas las huestes o energías cósmicas, y así, como agudos estrategas, avanzan con paso firme en la batalla, aún a sabiendas que a lo largo del camino irán perdiendo sus efectivos concretos, sinónimo de las posesiones de todo tipo; dejando además una tierra tras otra, espacios y ámbitos familiares, por más sutiles que sean; abandonando también a todos los seres, cosas o falsas identidades;460 y de este modo, cada vez más ligeros de equipaje, se van identificando con su auténtico manto luminoso, que al final es ya sólo transparencia, lo que de nuevo está simbolizado por el mito de Caín, proscrito por los hombres, pero rescatado por su identificación con el Sí mismo único y universal, y cuya descendencia, representada por su hijo Henoch, es la depositaria de los arcanos y de los símbolos en los que se podrá apoyar todo ser humano para realizar ese retorno o restitución edénica.
Y como se sabe, a Henoch –del que se dice que no murió sino que "anduvo con Dios, y desapareció porque Dios se lo llevó"–, se atribuye el libro que lleva su mismo nombre,462 El libro de Henoch, que tan importante ha sido entre los cabalistas judíos y no judíos, texto que el mismo Postel llegó a conocer463 y estudiar, recibiendo además según sus propias palabras revelaciones directas de esta entidad antediluviana, siempre viva y actuante, y que según sus palabras "puede estar, toda entera, en varios lugares en un mismo instante y en una misma hora y momento", presta a emitir mensajes, en los cuales se apoyará el sabio renacentista para explicar la teoría de las edades cósmicas, tema que le interesó especialmente y que aún hoy en día es de los más importantes de la doctrina cosmogónica,464 además de que Postel se identificó plenamente con dicha energía, encarnando sus altas funciones espirituales, que incluyen el doble sentido del viaje del Conocimiento: ascendiendo, la reminiscencia o recuerdo del Sí mismo, y descendiendo la profecía o revelación de todo lo que es, lo que ha sido y lo que será. Al respecto Secret apunta:465
Pero ahora centrémonos en ese episodio de su vida466 acaecido en 1546, en el que un Guillaume maestro en lenguas, traductor e integrado en la orden de los jesuitas, conoce a una enfermera de un hospital de Venecia, analfabeta y simple, pero depositaria de unos conocimientos que en un principio dejarán más que boquiabierto a nuestro erudito y hombre respetable. En esos días, Postel había emprendido su primera traducción del Zohar,467 y es justamente en las enseñanzas de este libro que interpretará a la luz de su relación con la madre Juana que encontrará las señales de la raza cainita a la que pertenece, que por otra parte muchos otros iniciados también han utilizado como paradigma de su recorrido y función intelectual-espiritual. O sea, que embebiéndose de las fuentes de la Cábala judía, Postel se hace uno con los arcanos universales más profundos, los cuales no saben de credos ni confesiones, y por tanto no se excluyen, sino que se integran en un discurso arquetípico y eterno, que da a todo el que se sabe hijo de la luz, como es su caso, la posibilidad de reconquistar su verdadera identidad espiritual, anterior a la caída. El mismo relata todo esto con asombro, pero con una contundente certeza, que nada tiene que ver con la demencia de que fue acusado y que él tanto deploró, pues bien hubiera preferido ser encarcelado de por vida o condenado que ser tratado de chiflado:
Y sigue diciendo Postel en sus escritos publicados por Weill:
Y en otro momento, agrega:
En otro libro de Postel, La llave de las cosas ocultas figura un apéndice y un grabado que nos acercan y adentran de pleno en estos enigmas:
Es justamente en el Zohar471 y en otros textos cabalísticos472 donde Postel encuentra estas claves universales, es decir, el descifrado del conocimiento cosmogónico y la misión restauradora que concierne al ser humano (que conjuga constantemente el rayo de Metatron con la Shekinah, la divina inmanencia que ve simbolizada en la madre Juana), y desde entonces no hará sino repetir el rito de la memoria y de la mayeútica, sin esperar recompensa o reconocimiento humano, sino sumándose a la cadena de los ancestros siempre presentes que "cantan" la metahistoria eterna. Apunta de nuevo Secret:
Pero, después de su segundo viaje a Oriente,
Nos movemos ahora en unos ámbitos que exceden lo que nuestra razón puede comprender, y aunque esto cause estupor o rechazo475 nosotros lo tratamos con un gran respeto o temor a tan altas expresiones de lo sagrado y misterioso, la locura divina. Es esta una experiencia extraordinaria que Postel vivió en propia piel por intermediación de la Virgen Veneciana,476 inmutación que le hizo salir como fuera de sí, morir y simultáneamente renacer con un furor tal que sus amigos pensaron que era otro diferente de sí mismo, lo que luego él explicaría como una vivencia desconcertante que le hizo traspasar los límites de la individualidad, cerrando una puerta pero abriendo simultáneamente otra superior, y posibilitando la recreación de otros estados hasta entonces olvidados, invisibles, pero incluidos en el asombroso paquete de la manifestación cósmica, reflejo del misterio innombrable que atrae irresistiblemente al alma por él conformada. Y así el discurso va surgiendo en la medida en que se enuncia, y no lo dice Perogrullo sino que la memoria de la especie se proyecta por el Verbo. Y no afirmamos que se proyecta por medio del Verbo porque ellos son la misma cosa y se producen contemporáneamente; no son dos. Así como bajo esta perspectiva son la misma cosa la Memoria y la Profecía. Es con esta visión universal que Postel afirma sobre la inmutación:
Y en este estado de la conciencia, insuflado de un poder extraordinario, Postel emprende una espectacular producción literaria, de tal manera que se sabe un emisario celeste o escriba de los dioses, verdadero restaurador del universo, y así lo declara:.
Frontispicio del Candelabri typici in Mossis Tabernaculo... de Postel. Venecia, 1548. Detalle de la menorah que ilumina la obra de Postel Or Nerot ha-Menorah.... Venecia, 1548. De hecho, este es el espíritu vivo de la luz, encarnado ora en Hermes, Elías, Henoch, Jesús, Postel o en quien se abra a su poderoso influjo, el Fiat Lux que se profiere y regenera el mundo si encuentra la matriz virgen que lo acoja, cobije, alimente y alumbre, la Shekinah, la novia del rey, virgen, esposa y madre. En la Interpretación del candelabro de Moisés, que respira un total conocimiento de la doctrina de la Cábala (la de Bereshit y la de la Merkabah), y que expone a través de la simbólica del candelabro, análogo al Arbol de la vida, con las 10 sefiroth identificadas con otros tantos nombres divinos, etc., Postel aborda el tema de la sexuación479 en la deidad desde muchas perspectivas, siendo muy interesante esta visión sobre el Arbol del Conocimiento:
Y por supuesto, Postel destaca constantemente esta idea de la Shekinah, Inmanencia divina que es la síntesis de la Sabiduría en el mundo, el arca siempre renovada de la alianza, promotora de la reunión cordial –o sea en el corazón o centro–, porque en ella Metatron lo "escribe" todo permanentemente, y leyendo y releyendo en sus páginas invisibles recordamos y actualizamos lo que somos, en el eterno presente.
Bienvenida sea, pues, aquella sagrada "locura" o mejor "furor divino" invocado por los iniciados, rito cósmico que concentra y expande las dos facetas en que se expresa, llamadas también la memoria y la profecía, síntesis de lo que fue la existencia y el testimonio de Postel. |
NOTAS | |
453 | Postel revisité,´Arché, Milán, 1998. Ver también el estudio de Georges Weill, Vie et caractère de Guillaume Postel. Arché, Milán, 1987. |
454 | Se pueden consultar los acápites que dedica a Postel en: Les Kabbalistes Chrétiens de la Renaissance. Arché, Arma Artis, Milán, 1985 y en Hermétisme et Kabbale, Bibliopolis, Nápoles, 1992. |
455 | F. Secret, Guillaume Postel (1510-1581) et son Interprétation du Candélabre de Moyse en hébreu, latin, italien et français. B. de Graaf, Nieuwkoop, Holanda, 1966; Postelliana. Nieuwkoop, 1981. (Bibliotheca Humanistica & Reformatorica, Vol. XXXIII). Este volumen contiene la traducción del Sefer ha-Bahir; la Apología a G. Linan; De la restitución de la verdad demostrativa de los tiempos que corren; Aforismos para servir de aprendiz al De Orbis terrae concordia; De magia orientali; Catastrophes veritatis et victoriae aethernae de praesentis mundi immutatione; y, ¿Qué es de la imagen de Dios según la cual el hombre es creado, hecho y formado? |
456 | La lista de personajes importantes con los que se relacionó es larguísima; para empezar el rey Francisco I del que fue profesor, y su canciller Poyet que lo apoyó mientras detentó la confianza del soberano; conoció a los sabios Egidio de Viterbo, Teseo Ambroggio, Vatable, Widmanstetter, Pellican, Bibliander, etc.; igualmente a muchos jesuitas, y en especial Ignacio de Loyola, y a otros hombres de iglesia, no sólo cristianos sino también protestantes; tuvo como discípulos más destacados a Massius y los hermanos Guy y Nicolás Le Fèvre de la Boderie; trabajó con los editores Bomberg, Oporin y Plantino, y con otros hombres y mujeres destacados de su siglo. |
457 | Ver al respecto el capítulo "Eblis-Caín-Hermes-Hiram" en Siete Maestros Masones, La Logia Viva. Simbolismo y Masonería . Eds. Obelisco, Barcelona, 2006. |
458 | Gen. 4, 1. |
459 | Gen. 4, 3-8. Lo mejor en la vía del Conocimiento no es equivalente a lo bue- no, sino que se ubica en un plano superior al de la valorización siempre dual de lo moral, lo religioso o costumbrista. |
460 | Por eso se vive como un viaje contracorriente, ya que a los ojos de lo humano esto es perderlo todo, quedarse sin nada; mas esta nada no es para el iniciado un nihilismo, sino el despojo de lo irreal que hace posible vivenciar lo ilimitado, lo no condicionado por ninguna determinación y por tanto la auténtica Realidad. |
461 | Gen. 4, 13-17. |
462 | En la obra ya citada de Graves y Patai, Los mitos hebreos, se recoge este fragmento del Sefer Hekhalot: "El sabio y virtuoso Henoch también ascendió al cielo, donde se convirtió en el principal consejero de Dios y desde entonces fue llamado 'Metatron'. Dios puso su propia corona sobre la cabeza de Henoch y le dio setenta y dos alas y numerosos ojos. La carne de Henoch se transformó en llama, los tendones en fuego, los huesos en ascuas, los ojos en antorchas, el pelo en rayos de luz, y lo envolvió la tormenta, el torbellino, el trueno y el rayo" (pág. 125); y en esta misma página se vierte la idea de que Caín es hijo de la luz divina simbolizada por Samael. |
463 | Según explica Weill, el sacerdote etíope Tasfa Seyon, cuyo nombre latino era Pietro Etíope tuvo profundas conversaciones con Postel sobre este opúsculo que será uno de los pilares en los que fundamentará su exposición doctrinal. |
464 | En su libro La clave de las cosas ocultas, Ed. Indigo, Barcelona, 1997, Postel expone esta teoría, siempre revestida del ropaje cristiano en consonancia con el momento histórico en que vivió; también en la Interpretación del candelabro de Moisés habla de las 4 edades del mundo en relación con Cristo y su simbólica cosmogónica. |
465 | Hermétisme et Kabbale, op. cit., pág. 127-129. |
466 | Toda la existencia de Postel está signada por lo extraordinario y extremo, y aunque en este libro no vamos a poder dar cuenta detallada de todo ello, sí apuntaremos que vivió con gran intensidad y con una visión integradora y simbólica todo lo que le acontecía y rodeaba, desde las enfermedades que lo llevaron al borde de la muerte, la experiencia de morir en vida y renacer, los viajes y contactos, los milagros que pudo ver o de los que le hablaron, las apariciones de nuevas estrellas en el firmamento como signos o anuncios de otras realidades, etc., etc. De hecho, si uno despierta a este punto de vista sagrado, todo se reviste de una nueva lectura y en verdad se vive en un asombro y una teúrgia permanente. |
467 | Postel estaba traduciendo del Zohar el comentario al Génesis, y también el Bereshit Rabba, así como el Sefer ha Bahir, el Comentario de Menahem de Recanati sobre el Génesis y otros textos cabalísticos que enviaría más adelante al editor Oporin, en 1553, año en el que decidió también revelar al mundo la historia de la madre Juana. Más adelante, en 1563, se propone traducir de nuevo el Zohar, esta vez no sólo el comentario al Génesis sino también el del Exodo. Según Secret: "Esta traducción, cuyo manuscrito compró, en 1890, un ocultista por 25.000 francos, no era un simple mito, ya que hemos encontrado en la Biblioteca de Goettingen los voluminosos prefacios, unas 350 páginas in folio". Ver: Secret, La Kabbala cristiana del Renacimiento, op. cit, pág. 197. Lamentamos no poder manejar directamente estos prefacios en los que Postel debe abocar muchos de los conocimientos y experiencias intelectuales que vivió por intermedio de la Cábala, pero sí citaremos algunos de los fragmentos que aporta Secret en su estudio. |
468 | Vie et caractère de Guillaume Postel, op. cit., pág. 71-72. |
469 | Ibid., pág. 75-76. Ver todo lo ya explicado sobre el papa angélico en el acápite de Petrus Galatino. |
470 | La Kabbala cristiana del Renacimiento, op. cit., pág. 197. |
471 | Así titula su traducción: Ley oral, o escrito de la conciliación de la naturaleza y de la gracia restituida de uno, que es llamada del Zohar, es decir, del máximo esplendor. Es obra de ese famoso Simeón el justo, último gran pontífice de los judíos, que recibió a Cristo en sus brazos; expuso por primera vez en público la doctrina que fue recopilada por Simeón ben Yochai, en tiempos de Antonino el Piadoso, en un volumen en lengua caldea o siríaca, traducido e ilustrado con comentarios puestos entre paréntesis. Trata de la verdad de la interpretación verdadera y evangélica transmitida en los comentarios más secretos de los hebreos desde Moisés hasta Cristo bajo la inamovible inspiración del Espíritu Santo, y confirmada por la doctrina y los méritos de Cristo. (La Kabbala..., op. cit., pág. 203). |
472 | Dice Postel: "El libro Bahir es de espíritu parecido al Zohar salvo que es más breve. Maareceth Elohut, Saar ha orah, Ghinat Egoz, Sebah Hecaloth, Mairat Enaim, Yetsisah, son obras de la misma doctrina espiritual de las cuales hemos hecho un extracto aquí principalmente, desde el interior de la gran Ilana. Y he hecho esto porque es necesario que la Iglesia cristiana esté preparada para dar a todo el mundo la razón de su mensaje; es de necesidad, digo, que muestre al mundo universal que la doctrina de Jesucristo no es otra cosa que la misma doctrina e inteligencia espiritual y verdadera de la ley, la cual debe ser conocida y afirmada no sólo por las personas espirituales, sino en primer lugar por los Escribas, Fariseos y Pontífices para ponerla en práctica cuando llegue el Mesías (...) Con el fin de que nuestra Iglesia pueda mostrar a la Judaica de aquí en adelante que lo que enseña no es otra cosa que la doctrina de los Antiguos y la verdadera y santa Cábala, y que bajo el reino esleu de Cristo la abraza; yo he escrito el presente tratado que dice así: Hatorah culah, toda la ley es un secreto, como una similitud o parábola para demostrar las cosas superiores tal como fueron reveladas a Moisés sobre el monte Sinaí, que quiere decir corona de espinas". (Interprétation du Candélabre de Moyse, op. cit., pág. 382-383). |
473 | La Kabbala cristiana del Renacimiento, op. cit., pág. 200. |
474 | Ibid., op. cit., pág. 198. |
475 | La dificultad para entender estas manifestaciones de lo sagrado ha hecho que muchos de esos seres hayan sido etiquetados de locos, ya que se salen de los parámetros siempre relativos de lo que se considera "normal"; pues está claro que todo esto tiene mucho de asombroso, de extraordinario, de rompedor de esquemas, de mágico, de transmutador, pero así es como se expresan todas las potencias y energías cósmicas, siendo lo que son, y sólo traspasando la anécdota de la personalidad y lo concreto se pueden vivir esas otras facetas universales, arquetípicas y prototípicas. |
476 | Todo ello lo narra en esta otra obra suya, con versión actual: La Vierge Véni- tienne. París, Bibliothèque Chacornac, 1928, cuyo original es de 1555. Destacamos también un curioso opúsculo que dedica a las féminas y a la simbólica de lo femenino: Les très merveilleuses victoires des femmes du nouveau monde. |
477 | Vie et caractère..., op. cit., pág. 133-134. |
478 | La Kabbala cristiana del Renacimiento, op. cit., pág. 198. Se dice que en muy poco tiempo, bajo ese furor espiritual, escribió: Las razones de la monarquía; Restitución de todas las cosas; El libro de las causas; El vínculo del mundo; La eversión de los falsos dogmas de Aristóteles; La historia maravillosa de las expediciones de los galos; y la traducción del Libro de la Creación. Pero sus obras son muchas más, y entre las que dedica al pensamiento hebreo destacamos, siguiendo el estudio de Weill: "[Postel] envía a Oporin Absconditorum a constitutione mundi clavis (La clave de las cosas ocultas desde la constitución del mundo), la Panthenosia o La reconciliación de todas las divisiones que han nacido y que subsisten hoy entre los Infieles, los Judíos, los heréticos y los Católicos, pero que existen desde el pecado de Adán y el De nativitate Mediatoris ultima (La última natividad del Mediador). Y en Venecia mismo publica en hebreo bajo el nombre de Eliahu kol maskaliah (Elías quien tiene toda la inteligencia) un Or ne- rot ha Menorah (La luz de las lámparas del candelabro), una figura que muestra un Candelabro fundamentado sobre los cuatro pies de la Mercabah, el Carro, y, sin nombre de autor ni editor, un Candelabri typici in Mosis Tabernaculo jussu divino expressi brevis ac dilucida interpretatio (Interpretación del candelabro hecho por Moisés por orden de Dios en el Tabernáculo)". Ibid., pág. 77-78. |
479 | A propósito de este tema: "Tzelem, que es la imagen, se ve al principio, cuando el varón que representa a Dios siembra el principio blanco y siempre aparente, pero al final no se ve, estando escondido en el interior de la madre que representa a Cristo. Y por ello la madre es un inicio actual o real, y una apariencia de la que no se ve nada al principio, pero que se ve al final y en la natividad. Y por ello a Dios no se le ve más que cuando siembra la semilla de su mundo, de la cual él es el solo creador como el padre de los hijos, y no obstante está siempre actuando junto con la Shekinah de su fuerza, que es la Sapiencia creada, la Unidad creada, el espíritu y la mente del Mesías". Interprétation du Candélabre de Moyse, op. cit., pág. 384. |
480 | Interprétation du Candélabre de Moyse, op. cit., pág. 370. |
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